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VER CARRITO«La vida en sí es el mejor cuento de hadas», dijo una vez Hans Christian Andersen, el hombre capaz de reconocer la magia en cuantas historias posaba los ojos. Bajo esta premisa relató por escrito más de ciento cincuenta vidas, erigiéndose como uno de los mejores contadores de cuentos de todos los tiempos y, durante generaciones, alimentando la tradición oral con narraciones vivaces y llenas de encantamientos.
En 1916 la editorial inglesa George G. Harrap & Co. reunió algunos de los cuentos de Andersen y encargó su ilustración a Harry Clarke, un joven de veintisiete años que ya despuntaba en el panorama artístico gracias a su magistral técnica en el vitral. Cuentos de hadas vio la luz con una extraordinaria primera edición de tan solo ciento veinticinco ejemplares, numerados y firmados por el artista, que le valió el reconocimiento mundial en el ámbito editorial. Así, tan solo un año después, ilustraría Cuentos de imaginación y misterio de Edgar Allan Poe (Libros del Zorro Rojo, 2009), considerada una de las joyas bibliográficas de la época, y en 1925 le llegaría el turno al Fausto de Johann Wolfgang von Goethe (LZR, 2012).
Estos clásicos cobraron vida a través de su pluma, en láminas que pasaron a la posteridad gracias a su estilo vanguardista, oscuro y repleto de detalles. Recuperamos, para deleite de grandes y pequeños lectores, esta histórica edición de Cuentos de hadas, nunca antes publicada en castellano, con la galardonada traducción de Enrique Bernárdez. En ella se pueden encontrar cuentos tan célebres como «El patito feo», «La vendedora de cerillas», «Pulgarcita» o «La sirenita», narrados siempre con esa mezcla de realismo y fantasía tan característica del escritor danés.
La tristeza, la soledad, el amor, la ambición y la valentía confluyen en los cuentos de Andersen como juegos de luces y sombras que desfilan ante el lector, desplegando una sensibilidad propia de las historias para niños y susceptibles de encandilar también a los adultos encargados de leerlas.
«La figura alargada, desaliñada, encorvada como la de un lémur, con una cara excepcionalmente fea». Así describe Friedrich Hebbel al célebre escritor danés, internacionalmente conocido por sus cuentos para niños, patito feo convertido en flamante cisne a través de la escritura. Hijo de un zapatero y una lavandera con una infancia marcada por la pobreza, huyó con apenas catorce años a Copenhague con la intención de convertirse en actor o cantante. Rechazado y tachado de lunático, solo encontró apoyo en Jonas Collin, director del Teatro Real, quien financió sus estudios y le abrió las puertas a la dramaturgia aunque sin mucho éxito. Fue en 1834 cuando aparecieron sus primeras narraciones, cuentos nacidos de la tradición oral, que le dieron la fama que buscaba. Numerosas fueron las cortes reales y mansiones aristocráticas que visitó para recitar sus historias. Soltero, sin amor y sin patria, hizo de sus viajes por el mundo una huida de la soledad, y narró sus experiencias en libros como El bazar de un poeta (1842) o Viaje por España (1863). Siguió escribiendo sus cuentos para niños hasta 1872, tres años antes de su muerte tras una amarga enfermedad.
Ilustre representante del movimiento irlandés Arts and Crafts, Henry Patrick Clarke nació en Dublín en 1889 y cursó estudios en la Escuela de Artes de Dublín y en el Colegio de Artes de South Kensington, donde obtendría, a partir de 1911, tres medallas de oro consecutivas por sus creaciones en el arte del vitral. En 1914 su panel El bautismo de san Patricio fue expuesto en el Louvre y le fue encomendada la realización de las vitrinas de la capilla Honan de Cork. Un año más tarde comenzó a desempeñarse como ilustrador editorial. De su producción gráfica destaca la magistral serie de estampas que realizara para los Cuentos de imaginación y misterio de Edgar Allan Poe, a la que seguirían otras no menos admirables para obras de William Butler Yeats, Alexander Pope, Hans Christian Andersen, Johann Goethe, Charles Perrault y Algernon Swinburne. El simbolismo francés, el arte de Bizancio y de Aubrey Beardsley, fueron algunas de las influencias de su trabajo. Reconocido por la crítica como uno de los precursores del Art Nouveau, Harry Clarke murió por las secuelas de la tuberculosis en Coire, Suiza, mientras dormía.
Tamaño: 18 x 24 cm
Páginas: 312
Año: 2015
Editorial:
LIBROS DEL ZORRO ROJO
Autor:
HANS CHRISTIAN ANDERSEN
ISBN:
9788494328411