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VER CARRITOLetras y Libros en el Día de los Enamorados
Para creyentes, escépticos y militantes del amor, el día de “San Valentín” constituye una festividad que a nadie deja indiferente; sobre todo en un tiempo donde existe una necesidad de reinstalar aquellos ritos que dan sentido a los distintos niveles de nuestra existencia. El filósofo Byung-Chul Han, en su libro “La desaparición de los rituales” (Edit. Herder, 2021). Señala que “los ritos son acciones simbólicas que transmiten y representan los valores y órdenes que mantienen cohesionada una comunidad, haciendo cercana la forma de estar en el mundo”. Aquí el “Amor” se transforma en nexo y esencia de esa ritualidad que aún nos sobrevive.
La literatura histórica asocia el día de “los enamorados” a la fiesta de exaltación de la fertilidad romana denominada “Lupercales”. Según el relato, los fundadores de Roma; Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba llamada Luperca, la cual se convirtió en el animal totémico de la ciudad. Cada año entre el 13 al 15 de febrero se celebraban en su honor estas fiestas, asociada a los orígenes de San Valentín, un carnaval donde se festejaba la fertilidad femenina y de la naturaleza misma.
Posteriormente el cristianismo intentará quitarle el toque de celebración y desenfreno, y aunque la fiesta siguió siendo una jornada de petición de fertilidad y de amor, estará más asociada a velas y oraciones.
Pese a lo anterior, la tradición oral de la Edad Media, mantendrá viva los cuentos y cantos repetidos que una y otra vez eran trastocados de pueblo en pueblo, para venerar la pasión que anida en la piel y en el corazón humano.
La época renacentista aumentará el número de escribientes y lectores, los viajes y la imprenta nos traerán la épica, la poesía y el teatro, donde el amor romántico romperá las cadenas del dogma religioso y la deshumanización científica del siglo XIX.
El amor presente o la falta de él, siempre constituye el leitmotiv de toda o gran parte de la literatura moderna que desde la mitología griega, pasando por los clásicos shakespearianos, las grandes novelas de amor del mundo ruso, o las apasionadas historias del realismo mágico latinoamericanos, nos invitan a vivir desde esa fibra divina y terrenal que nos ilumina la mirada.
En años donde cupido no la ha tenido fácil volvamos a encontrarnos con esas grandes historias de amor de la literatura, que nos traigan de vuelta a esa ritualidad de ver en el otro el asombro, la vulnerabilidad, la pasión de y su esencia única.
– Víctor González Frías –
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